31/3/10

De cena

Mi día se hace más interesante cuando hay un evento al final de éste al que estoy deseando asistir. Karla nos había invitado a cenar, a unas buenas amigas suyas de México, madre e hija y recién nacida nieta, y a mí. Una cena íntima.
Salí del trabajo, fui a casa a coger el coche y me dirigí al súper. Postre, una botella de vino, y unas flores. Me encantan las flores y más regalarlas.

De camino, ventanilla completamente bajada, el aire del anochecer salpicándome y los acordes de la siempre despechada “Paquita la del barrio” saliendo por los altavoces, disfruté como nadie de la conducción en un Sydney, como siempre, atestado de coches. Aparcar nunca ha sido mi fuerte, así que tras pelearme con el bordillo, el coche de atrás y la marcha atrás del mío, logré estacionar más o menos bien.

La cena, deliciosa. Mi amiga, como siempre, calurosa anfitriona. Me entusiasmó lo relajado y especial de la relación de madre e hija y ahora, nieta. Me gustó escuchar las historias de ambas, cómo cada una hacía sus especiales aportaciones de recuerdos y opiniones a la historia relatada por la otra, sin ningún reproche si algo se había contado no tan fielmente como la otra lo recordaba, sino con complicidad. Y me encantó cómo, con la nena en el regazo, ella, a sus cuatro meses, miraba atenta, sabiéndose futura partícipe de esta unión.

Qué especiales son los puentes de relaciones que las personas trazamos de unos a otros, puentes que a medida que se caminan de un lado a otro, se van reforzando en esa mencionada complicidad, en confianza y en amor. Y es bonito ser también espectador y observarlo en otros.

Feliz Semana Santa.
Happy Easter.

Oscar. P.C.

29/3/10

¿Os acordáis?

¿Os acordáis de estas canciones de Shakira?
Estaba escuchando el álbum de Pies Descalzos antes de irme a la cama y me han entrado ganas de bailar.


Abrazos.
Óscar.

28/3/10

En pausa

Por fin tengo la sensación de hacer una pausa y saborear mi tiempo con leche y té, dos de azúcar y un chocolate (uno de esos huevos de Pascua de los que me confieso adicto). Acabo de cerrar la puerta de la oficina y mi mundo se hace más mío. Me invade el sentimiento placentero de estar satisfecho: me apetece sonreír, charlar, y la energía me brota. Como una planta que se despierta y quiere crecer, aprovechar hasta el último rayo de luz y desplegar sus hojas.

Mi vida personal ayuda. Me siento querido.
El trabajo también, y mucho. He ido aumentando mis reservas de confianza y de conocimientos. Veo el camino por donde voy, sé hacia dónde me dirijo y voy acompañado. La entrada de un nuevo colega ha sido fundamental. Su energía y ganas de aprender nos ha volcado a todos en nuevos proyectos, discusiones y reuniones de algoritmos y curiosidades. Un placer.

Por otra parte, dar clase me aporta ese pequeño mundo al que quería asomarme. Me divierto enseñando y los alumnos me hacen a veces reír, a veces enfadarme. Me gusta esa pequeña sensación de poder (mañana, ¡examen! – aquí sale mi yo “mandón” y “egocéntrico”), de confianza que depositan en mí y sobre todo, me gusta transmitir conocimiento y el reto semanal de mantener su atención por lo que dura la explicación.

La otra cara de estas monedas es que he estado excesivamente ocupado estos meses. Primero preparando la visita de mi hermano y mis padres, después, la visita en sí (que por cierto fue muy placentera) y a continuación, mucho trabajo. Me he sentido a veces en una montaña rusa en la que veía la vida pasar, pero casi no me daba tiempo a apreciarla porque el vagón se adentraba en una pendiente cuesta abajo a toda velocidad.

Ahora paró, y por ahora prefiero subirme en esas atracciones que van muy despacio en las ferias, esas de barquitas que van por paisajes selváticos o prehistóricos o galácticos sin muchos sobresaltos.
Abrazos.
Óscar P.C.

2/3/10

Preparando clases

Ando liado preparando mi clase para este viernes. Será la primera vez que imparta un curso en la universidad y siento una mezcla de entusiasmo (francamente, me hace mucha ilusión dar clase), responsabilidad (siempre he visto a mis profesores como grandes conocedores del tema y ahora soy yo el que estará ocupando este puesto) y nervios de estar frente a una audiencia de 30 personas (hablar en público es todo un arte y me gustaría hacerlo lo mejor posible, intentando entretener a los alumnos y por supuesto que comprendan lo que explico).

La materia en cuestión será sobre los conceptos básicos de redes de ordenadores, así que tengo que desempolvar lo aprendido durante los años de carrera.

El caso es que estaba leyendo el material de la clase, cuando repasando los distintos protocolos de redes me he encontrado con uno que se llamaba como yo:

OSCAR - Open System for Communication in Real Time (sistema abierto de comunicación en tiempo real).

Así que después de echarme unas risas, he decidido sacar mi lado de "protocolo de red" y comunicarme con vosotros.

Espero que todos estéis bien.
Saludos desde Sydney.

Óscar P.C.