24/2/09

El Óscar de Penélope

Cuánta tilde que hay en este título. Pero me gusta, suena muy a nuestro idioma.
Me siento orgulloso y contento de que Penélope Cruz haya ganado el Óscar. Y no se piensen ustedes que es porque un servidor se llama así y es algo egocéntrico al tener unos premios que llevan su nombre. 
Me emocioné al escuchar su discurso y especialmente, cuando habló de Alcobendas (la ciudad a escasos 13 kilómetros de Madrid de donde es ella) y cuando en español,  mucho más espontánea y suelta, dedicó su premio a todos nosotros, a sus conciudadanos. 
Nunca entendí porque cuando alguien de nuestro país ganaba un premio, esto se resaltaba en las noticias. O el porqué de alegrase de que tu equipo de fútbol gane. Al fin de cuentas, ¿qué importa de dónde seas? Pero poco a poco, con esta sabiduría que se llama edad, me he dado cuenta de que no somos así. Y no creo que sea ni bueno, ni malo. Simplemente, en nuestros genes tenemos marcado el concepto de manada, de tribu que caza junta y baila a la luz de una misma luna. Y en mi caso, la tribu de Alcobendas está muy cerca del poblado donde yo me crié. 
Y más aún, y en esto seguro influye el estar fuera de mi país, pero esa última frase y el "muchísimas gracias" del final, me hicieron casi llorar.
Nunca he sido particularmente fan de Penélope Cruz, pero ayer la vi humilde y agradecia a todos los que la han hecho actriz. Y eso me gustó.





"Todos los que desde España ahora estén compartiendo este momento conmigo y sientan que esto también es de ellos, se lo dedico, y a todos los actores de mi país". Pues Penélope, estaba en Sydney, pero mira, hiciste que sintiera que el premio era un trocito mío. 


Este vídeo pertenece a la "Academy of Motion Picture Arts and Sciences" de Estados Unidos.

12/2/09

Rutina de fin de semana


Resulta curioso que el domingo precisamente, cuando las noticias en televisión hablaban de los incendios y las víctimas, yo estaba teniendo un buen día. Y pensaba que para mí la vida seguía mientras otros sufrían, pero ahora escribiéndolo, me doy cuenta de que eso sucede constantemente y unas veces somos conscientes y otras no.

Llamé a mis padres a Madrid nada más oír la tragedia porque sabía que informarían de ello en las noticias españolas, y mis padres, oyendo Australia, se preocupan automáticamente.

Fue en esa conversación que mi madre me dio la gran noticia: el ascensor ya está completamente terminado en el edificio donde viven. Esto, que queda plasmado con una frase tan simple, es algo maravilloso en nuestras vidas. Mis padres ya están mayores y viven en un cuarto piso. Así que cada vez les costaba más bajar a la calle; pero aún mucho más subir de ella (e imaginaos con las bolsas de la compra). Yo llevo años intentando que se cambien de piso, pero entre que el mercado inmobiliario en España está carísimo, y que nuestro hogar era no un simple apartamento, pero todo un proyecto de vida y sacrificio para conseguirlo, ellos nunca hicieron nada por moverse. Pero por fin, después de años, se ha renovado el edificio por completo y se incluyó la joya de la corona en las reformas, el ascensor.
Así que me quedé con una gran alegría en el cuerpo después de colgar el teléfono y una sonrisa en mi cara.

Después de un desayuno frugal, hicimos una pequeña excursión en bici a un parque con unas vistas preciosas de la ciudad; de camino, descubrimos uno de esos cafés con encanto en la esquina de una calle de un barrio residencial y frente a otro parque precioso. Así que de vuelta a casa, nos dimos el gran lujo de comer ahí.

Con el estómago lleno todo es más bonito y el estado de ánimo es más positivo y como la ola de calor que azota Australia no nos permitía hacer mucho, nos subimos al tejado del edificio donde vive Jonathan y jugamos al tenis (empatamos) y luego nos dimos un chapuzón en la piscina adyacente.

Ya en mi casa por la tarde, decidí limpiar mi bici, que la pobre, de tanto usarla, estaba sucia de grasa. Y he aquí que descubrí que estaba disfrutando limpiando la bicicleta. Espray por aquí, espray por allá, bayeta abajo, esponja arriba. Haciendo un momento de reflexión me vi como esos hombres que cuidan y miman a su coche como si fuera uno más de la familia. Teníais que haberla visto, como nueva. Pero claro, cuando se me acabo la suciedad de la bici, ya tenía adicción a esto de limpiar y mucho espray por usar, así que decidí limpiar la mesa del jardín. Bueno, bueno, la dejé como una patena (palabra que acabo de buscar en el diccionario y que es la bandejita donde se pone la hostia en la misa).

Por la noche, me hice una cenita y salí al patio a tomarla en mi mesa reluciente a la luz de la luna, que estaba sino llena, cuasi llena.
Como veis, un domingo completo. Aquí dejo la foto de las vistas del parque que hablé y una foto de un mensaje en en el cielo ese día.
Abrazos.


11/2/09

Zo zo zombis

Si hay una cosa que me encanta de Madrid es que, como dice mi madre, "hay gente para todo". Y creo que es verdad; basta darse una vuelta cualquier día por el casco antiguo de la ciudad para ver gente de lo más diversa y variopinta; o echar un ojo a los periódicos y comprobar la de actividades que se organizan en la ciudad.
Y encima, la gente tiene ganas de pasárselo bien.
Para prueba, esta noticia que encontré en el periódico hace unos días:
Al parecer, hubo un desfile de zombis, que no contentos con ir por las calles del centro, sembraron también el pánico en la línea 4 del metro madrileño. Según testigos presenciales, los participantes estaban de lo más bien caracterizados.
Total, que leyéndolo en el periódico no pude evitar una carcajada y un pequeño momento de nostalgia hacia los madriles.
Un abrazo muy fuerte para todos.
Mañana o pasado escribo más, que ahora es algo tarde y me voy a la cama.
Sydney, 12 de febrero (son las 12.05 am) de 2009.

8/2/09

Día para olvidar

En plena era de revolución tecnológica y avance científico, no puedo encontrar una explicación salvo que la diosa Naturaleza se enfadado con Australia y se está tomando su revancha.
En un día en el que he perdido la cuenta de los incendios que hay, son dos dígitos que bailan entre los 26 del estado de Victoria y 53 en New South Wales, las inundaciones asolan Queensland y lo peor de todo, muchas personas han muerto en los incendios de Victoria.
Le pido a la diosa Naturaleza que dé una tregua.
Y es imperiosa necesidad que todos cambiemos nuestra relación con el medio natural, con nuestro hogar al fin y al cabo.
Y desde mi pequeña habitación en este inmeso hogar y en esta noche en que la luna parece llena y una brisa ha empezado a soplar, parte de mi mente está con todas estas personas que se han ido y esos bosques quemados.
Buenas noches a todos. Óscar.
Sydney, 8 de febrero de 2009.

2/2/09

Adicciones

Me confieso adicto a las vidas de los demás.

Me fascina que personas anónimas al gran público que se cruzan por un motivo u otro en mi camino me cuenten su vida.
Con cada una de esas vidas se escribiría perfectamente una novela. Y personalmente, me enriquecen y me enseñan.

Me confieso adicto a esas vivencias, a sus opiniones, a sus valoraciones.

Me encanta cuando el conserje de la universidad se pasa por mi oficina y se sienta en la cajonera para salirme con cualquier pequeña historia, recuerdo de su pasado o afinidad con los españoles, con los que comparte además idioma. Él emigró desde Uruguay hace ya muchos años y tuvo aquí dos hijos. Se divorció, se volvió a enamorar y aquí está cada día, saludándome desde el otro lado del pasillo con un sonoro “Óscar, Nadal gano antes de ayer, qué bien. Ahora me paso por tu despacho”. Creo que él no es consciente, pero me alegra el día. Y si tiene tiempo para un café, mi jornada se hace ya más llevadera.

O esa mujer que también emigrante llegó desde Sudáfrica para encontrarse con un hombre con el que compartiría el resto de su vida. Él era una juerguista constante y ella el orden, la limpieza y la meticulosidad personificada. Debe de ser cierto que los polos opuestos se atraen, porque se les ve felices.

O ese chico peruano, que siempre me dice: “el trabajo dignifica a las personas, independientemente de lo que hagas”. Y lo comparto, como comparto muchos días el tiempo de la comida con él.

Y si tuviera que sacar una conclusión de esto que os cuento, simplemente diría que todas las vidas y todas las personas siempre nos aportan algo. Y viceversa; así que hay que tenerlo en cuenta, porque nuestra aportación al mundo cuenta: una sonrisa, un favor, un “hola, qué tal te encuentras”, una llamada, etcétera.
Como decía una amiga georgiana de una amiga mía: “vida es así”.

Y aunque el trabajo dignifica, también agota, y estaba algo cansado de tanto leer y tanto número. Os dejo que hoy es martes, y los martes siempre es el día de cenar en el pub porque es 2x1.
Abrazos.
Sydney, 3 de febrero de 2009

1/2/09

Novela

Leo en “El País” de hoy una noticia que me ha llenado de alegría y dado algo de envidia sana.
Habla de una mujer española que ha publicado su primera novela (en holandés, por cierto) y está obteniendo éxito con ella:
http://www.elpais.com/articulo/Tendencias/Evocacion/gore/Transicion/elpepitdc/20090202elpepitdc_2/Tes

A ver si imito sus pasos.
Un abrazo para todos, y como propósito de lunes, me marco escribir una novela (yo me conformo en español).
Buena semana.