3/4/09

Pensando pensando

Antes de ayer pensaba en Nicole. La última vez que nos vimos fue hace aproximadamente cinco años en su apartamento de Manhattan, justo antes de mi vuelo de regreso a Madrid. Di un abrazo de despedida a su marido y a ella, un abrazo de despedida y de agradecimiento, ya que durante una semana fui su invitado y pasé una semana de lujo en su compañía.

Después de aquel adiós fui andando hasta la Gran Estación Central, arrastrando mi maleta de ruedas azul turquesa, tan grande como un baúl, y en la que cinco años después, siguen cabiendo casi todas mis pertenencias.
Mientras andaba calle arriba y pasaba por delante de una frutería que daba un aspecto multicolor a la calle a la que se asomaba, pensé para mis adentros que yo estaba andando por Nueva York, cuál personaje de película.

Y la otra noche, mientras escuchaba la lluvia caer con una fuerza inusitada, como si el cielo se hubiera enfadado y no dejara de protestar, Nicole, la frutería y esas calles de Nueva York me vinieron a la mente. Pensaba en qué tal estaría y cómo sería la experiencia de ser madre para ella; hice una nota mental de escribirle un correo algún día de estos y seguí escuchando la lluvia.

Al abrir el correo a la mañana siguiente me llevé la gran sorpresa de tener un correo de ella. ¡Qué alegría!
No es la primera vez que esto me ocurre y ni la primera vez que os lo cuento. No han sido tantas veces tampoco. Pero resulta curioso que ella hubiera elegido ese día también para dedicarme unos minutos de su vida.

Un abrazo desde Sydney y feliz fin de semana.
PD: Empecé a creerme esto del poder de mi mente y ayer volví a pensar en otra persona con el fin de probar mis nuevos poderes. No hubo respuesta. Dejé de ser un súper héroe o X-man.

Sydney 3 de abril de 2009.

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