10/11/09

Un guardián de café.

Me han nombrado uno de los guardianes de café del departamento. Todo un honor, para que negarlo. Es un cargo nimio, pero me hace sentir parte activa de nuestro grupo y me alegra saber que mis compañeros confían en mí para cuidar tan magno y preciado tesoro.

Creo que todo vino dado porque ayer nos trajeron una nueva máquina de café, después de que la anterior dijera adiós tras años de fiel servicio a la comunidad del departamento, y yo me interesara por leer las instrucciones y ponerla en marcha.

Así que ahora tengo un táper lleno de granos de café en una de las estanterías de mi despacho. Si hay que reponer café en la máquina, servidor no tiene más que hacerlo.

Y además, ¡qué maravilla abrir la puerta y sentir ese olor tan agradable a café! Me recuerda a las tiendas del centro de Madrid, esas de las que quedan pocas en las que se vende café a granel.

Sin más, se despide de ustedes el que subscribe con el último parte de volumen de café en la máquina:

El recipiente está lleno de café hasta la mitad. No es necesario reponer por el momento.
Tanque de agua, también a mitad. Final del parte.

Atentamente.
Óscar P.C.

PD: Sí, ya sé que me tomo muy seriamente determinadas tareas que son insignificantes que hasta escribo varios párrafos. Pero de veras, que esto me divierte.

4 comentarios:

  1. a mí pues me gustan estos posts de puro óscar---la vida feliz se hace de los gestos de inclusión más mínimos. qué gusto volverte a leer! Muchos besos!

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  2. ¡Gracias Amanda! Qué gusto tenerte a ti de lectora. ¿Qué por Búfalo?
    óscar

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  3. Jaja. Esto es como cuando en clase te hacian responsable del armario de las pinturas o delegado de la semana. Te sentias la persona mas feliz del mundo. Abrazo. Joaquin

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  4. Exactamente Joaquín jejeje. Se me habían olvidado esas experiencias. Espero que todo vaya bien. Abrazos.
    óscar.

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