7/5/08

Paraísos a 10 minutos

Existe toda una serie de lugares con magia para los que no es necesario coger el avión o hacer un largo recorrido para encontrarlos. Para mí, estos lugares son sitios apartados en la gran ciudad donde los paisajes o la arquitectura es encantadora y por lo general no hay otras personas por allí. En esos lugares me relajo, me siento dueño de ellos y especial por ser el único de estar disfrutando de esa belleza. Es curioso ahora que lo escribo que el ser el único o uno de los pocos me produzca placer, nunca lo había pensado.

En todos las ciudades en las que he estado he logrado encontrar estos sitios con magia. En Búfalo solía ir a la orilla del Erie o uno de los pasillos de la universidad donde había una mesa solitaria con un par de sillas, en Londres al parque interior de Russel Square, en Lund a las calles del centro un día de diario, ...
Recuerdo en especial en Sydney unos bancos que se encontraban justo delante de la ópera, mirando a la bahía. En cuanto anochecía no había nadie allí, en contraste con la parte del edificio que da a tierra firme, completamente invadido de turistas. Solía sentarme a no pensar, a ver pasar barcos y escuchar las olas chocar contra el muro de cemento, a repasar cada uno de los edificios iluminados de la bahía y dejar pasar el tiempo por el hecho de dejarlo pasar.

Mi último gran descubrimiento ha sido el parque del Oeste de Madrid. Hay una zona colonizada por estudiantes universitarios justo a lado de la macro-estación de Moncloa. Pero adentrándose un poco más, el parque es prácticamente mío. Hay un riachuelo artificial con una vereda poblada de frondosos arbustos que disfruto corriendo cada día por ella. Un pasillo cubierto de lilas que da a una plaza donde se puede observar la Casa de Campo y las vías del tren mientras se respira el olor tan particular y agradable de estas flores. Un bulevar de arces altos que proyecta una sombra permanente y una visión de película de terror que hace que corra más deprisa, etc.
Y este paraíso lo disfruto a diario y cada día me siento afortunado por ello.

Os invito a encontrar vuestros pequeños paraísos o a compartirlos.

Y en especial, quiero enviar un abrazo enorme a Amanda, que creo no está en su mejor momento, pero que sepa que a muchas millas hay alguien que le envía un beso a Búfalo.

1 comentario:

  1. Óscariño,
    Gracias por el post tan bonito, y sobre todo por pensar en mi...eres un gran amigo, y me gustaría en el futuro no tan lejano volverte a ver...te quiero mucho...y te mando muchos saludos desde Búfalo mismo. Me parece necesrio irme a ver estos sitios en Madrid y en Sydney..me alegro de que haya tanta belleza en el mundo tanto en cuanto a la arquitectura como respecto a las personas.

    Amanda

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