13/3/08

Reunión Familiar

El sábado pasado tuvimos una reunión familiar. El motivo era algo triste, ya que hacía un año que había muerto mi tío Juanjo, que era adorable, y nos juntamos tíos y primos para una misa funeral. Uno se puede decir a sí mismo que no hace falta un día en el calendario para acordarse de un ser querido que se ha ido, pero el caso es que, si no se ponen estas fechas específicas, uno no hace el esfuerzo de tomar el coche, conducir 200 km y dedicar el fin de semana a la familia.
Mis primos son buenas personas. Además, todos son siempre amables, gastan bromas continuamente, son muy trabajadores y en sí, si los conocierais, coincidiríais conmigo. Pero a mí me cuesta mucho integrame con ellos. Me cuesta meterme en sus conversaciones, especialmente cuando son en grupo, me cuesta estar a gusto al cien por cien y en resumen, prefiero ser espectador a actor.
Esta falta de integración me causaba mis quebraderos de cabeza: "¿seré yo un tipo raro?", "¿seré tan antipático que con lo buenos que ellos son conmigo yo no correspondo?" y un largo etcétera.
La semana pasada, antes de la susodicha reunión, andaba yo en estas cábalas, cuando me dije a mí mismo que parara. Ya tengo casi 30 añitos, y son muchas las veces que he intentado con todas mis fuerzas integrame, muchas veces sin éxito. Me pasó en el instituto allá por los 14, 15 años. Me pasó en el trabajo anterior al de ahora. Me pasó en una asociación que estuve en la universidad. Y mira, francamente, ya sé quién y cómo soy y que tengo capacidad de llevarme bien con la gente, para andarme preocuando aún.
Así que decidí ser natural, como el yogur. Y mi plan iba funcionando bien. Estábamos en la mesa y mis primos se reían y gastaban bromas en relación a su última reunión, unas semanas antes, en Zaragoza. Y yo, escuchaba atento, pero nada más. En eso, mi madre, "Super Mamá", suelta en medio de la mesa de 25 personas, en un tono de voz perfectamente audible hasta por el hermano de mi tía que tiene 80 años y es sordo:
- "¡Oye!, haced caso a Óscar, que no le hacéis ni caso y el pobre está ahí sin hablar.
¡Mi madre! (y nunca mejor dicho). No había contemplado en mi plan la opción "qué hacer si mi madre grita en la mesa delante de todos que me hagan caso, por favor, porque no participo en la conversación". Estoicamente, aguante como pude y sonreí, diciendo "Mamá, por favor".
El fin de semana pasó y aquí me hallo de nuevo, a resguardo con las personas con las que no me cuesta hablar.
Y como ya está aquí la Semana Santa, os quiero desear lo mejor. Pasadlo estupendamente.
Un abrazo enorme.

4 comentarios:

  1. Respecto a tu ser raro, me parece a que sí mi Oscarcito, pero es por eso que te llegué a conocer en Búfalo..fijate que el estudio prolongado hace que cualquier se ponga medio incómodo entre gente...pero que bueno que ya a tu forma pudiste entender mejor a ti mismo, y dejar de estresarte!! Que pases buenísimas vacaciones.
    un beso,
    Amanda

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  2. Oscariño!!! sabes que me cuesta pensarte callado y poco integrado, no sé siempre te he visto muy conversador y rodeado de gente, pero como tenemos muchas facetas quizás no te he conocido esa. Me ha causado risa la imagen de la mesa llena de parientes y tu madre que dice eso, vi todas las caras que volteavan a mirarte :) que cómico! (disculpa, pero no puedo resistirme).:D
    un besote y buenas fiestas, aunque en Italia se trabaja toda la semana :(

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  3. No te preocupes, La Modes, para quien no lo sepa, mi madre, lanzó en plena comida familiar en Galicia algo así como... "Mi hija dice que las he hecho psicológicamente inestables, qué os parece", y a eso ya nos tiene acostumbradas, pero a las miradas de los demas y el silencio de después, no... en fin, madres.
    Besitos

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  4. Osquitar!tu eres como eres, especial y encantador. Si ellos no saben entenderte pues ellos mismos. Yo tambien en Toledo cada vez soy menos capaz de integrarme, llego allí y me hago la persona más callada del mundo. Al principio tambien intentaba hablar y hacer gracias, pero ya paso.
    Un besazo enorme

    Clarita (la reina del baile! , jeje)

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