25/6/08

Hogar dulce hogar

Ya no recordaba el trabajo tan agotador que es buscar un hogar.

Punto 1: Localizar un buen buscador o página web en la que haya fotos y teléfono de contacto o correo eléctronico.

Punto 2: Como no quería que mi saldo del móvil bajará estrepitosamente y no me apetecía ponerme a hablar inglés por teléfono (porque me da mucha pereza y porque creo que se me da mucho peor que un cara a cara), opté por escribir correos electrónicos.
Respuestas, cero.

Punto 3: Está bien, llamaré por teléfono.

Pregunta típica: "Hola, me llamo Óscar y he visto en Internet que tienes habitación libre para alquilar". Por cierto, alquilar aquí es "to rent out" , me encanta que los angloparlantes le ponen una preposición detrás a todos los verbos, muchas veces sin ningún significado, como en este caso.

Respuestas típicas:
A) "Lo siento, ya está alquilada".
B) "Sí, sí, pero ¿de dónde eres?"
C) "Ti-ti, ti-ti, ti-ti" - esto es, me han colgado directamente sin ni siquiera llegar a pronunciar mi verbo preferido en la frase "to rent out".
D) "Sí, claro" - seguido de una conversación (qué alivio).

Punto 4: En Sydney hay un único día a la semana para ver casa: el sábado.
El sábado a las 9 de la mañana, cuál excursionista, ya estaba yo preparado: mapas en mano, teléfono, tiqué de todo el día para autobús y tren y una botella de agua.
La excursión empezó a las 10 de la mañana y no tuvo ningún desperdicio. Fue una gran experiencia.

En la casa 1 me recibe un chico que se definía como heterosexual en el anuncio. Ah bueno, que no os he contado que en muchos anuncios tienes que poner la orientación sexual y si aceptas vivir con gente de tu misma o distinta orientación.
Nada más entrar el chico me presenta a su madre. Como buena madre, no importa que la madre sea italiana, española o australiana, la señora me mira de arriba a abajo. Menos mal que yo me había afeitado y vestido con mis mejores galas. La casa no estaba mal, pero un poco pequeña. El chico me dice entre otras cosas que él no hace deporte porque normalmente suda mucho y huele mucho. Creeréis que soy un poco especialito, pero quedó descartado.

La casa 2 prometía: complejo de edificios, al lado de una estación de tren no muy lejana, con dos piscinas exteriores, pistas de tenis, baloncesto, gimnasio y piscina climatizada para nadar. A compartir piso con una chica de unos treinta pocos, independiente y respetuosa.
Me abre la puerta una chica algo desaliñada, no sé, la típica imagen que tenemos de un americano (en este caso australiano) que no se cuida y se alimenta de comida basura.
Me enseña la casa donde hay dos cuartos de baño. El cuarto de baño B (como se nota que soy de ciencias, todo es A y B) es para mí, excepto (añade), cuando a ella le apetece darse un baño (ya que el baño A tiene ducha).
Hasta ahí podíamos llegar, o sea, pago baño B y tú te metes cuando quieras. Joé, si me hubiera dicho un "si no te importa", "si me lo permites", pero no, "cuando a mí me dé la gana" (versión traducida del inglés a mi español).
Descartado.

Casa 3. Por fin una chica normal. Me saluda normalmente, me enseña la habitación, me gusta la casa, charlamos de aficiones, me habla de su novio, quedamos en hablar, etc.

Casa 4 y 5. Me cancelan la cita directamente. Me dicen que se han ocupado ya. Bueno, hago tiempo tomándome un té.

Casa 6. Mega-súper-apartamento. Me recibe Sonia, ejecutiva con su propia empresa. Ni muy amable, ni muy descortés, normal. Me enseña la casa. Mi cuarto y el baño están muy bien. Las vistas de Sydney, increíbles. Gimnasio, piscina, etc, etc.
Empieza el interrogatorio: necesito ver tu contrato, tu pasaporte, tu tarjeta de empleado, tu carné de conducir, referencias de tus anteriores jefes de Brasil (aquí ya me quedé cuál Mona Lisa, me salió el orgullo patrio, ¡¡¡que soy español!!!), tu visado y hablar con personas de tu trabajo actual.
Descartado.
Aún así, y por sentirme bien, llevaba todos los papeles conmigo por si me daba el arrebato de un piso bonito y tenía que agilizar los trámites. Por quedarme a gusto, le puse en plan "colage" todos mis documentos legales sobre la mesa.
Ella añade a su lista de preguntas de qué hora a qué hora trabajo, ya que, al tener su propia empresa, tiene contratada a una secretaria que trabaja en el salón de 10 a 6 y yo debería estar fuera de casa en su horario. Y evidemente, la secretaria mearía en mi baño.
Yo en este punto ya he pasado a la dimensión "D", es decir, dimensión "dónde está la gente normal por Dios".


Hubo más casas y anécdotas, pero ya no os aburro más.

El caso es que me he quedado con la casa 3 y estoy contento. Mañana me mudo y la chica que me ha dicho que si me apetece salgamos a cenar juntos y tomar cervezas para "kick off" (iniciar) nuestra amistad. Qué bonito, me encantó la Cecily cuando me dijo lo del "kick off" la amistad (Aquí el "off" sí tiene un significado).
He heredado muebles de una compañera del trabajo, así que mañana voy una empresa de mudanzas china de éstas que circulan de boca en boca que me han recomendado por ser más barata. Ay madre, no sé si debería haber llamado a una compañía de mundanzas normal y corriente.


Ya os contaré. Tengo que seguir trabajando.
Besos.

5 comentarios:

  1. Descojonante...Hay un ganado en estos mundos de Dios! Saludos desde los USA

    ResponderEliminar
  2. Gracias Joaquín.
    ¿Qué tal por USA? ¿qué estás de vacaciones o de trabajo?
    óscar.

    ResponderEliminar
  3. Aquí en Madrid, exactamente igual... o peor...

    ResponderEliminar
  4. oscar!!!! que bonito lo que cuentas, se que a ti no te hara gracia porque tuviste que ir de un lado para otro, pero es una aventura bellisima :)
    te mando muchos besos!!!!!
    t.
    pd: el sueno era bueno, claro a marco no le dio gracia porque sone que te besaba :O ..... no me preguntes porque ando sonando estas cosas :P

    ResponderEliminar
  5. De vacaciones. Este año toca desmelene. Hasta final de julio por USA y Canada. Agosto resto del mundo.

    ResponderEliminar