17/12/08

En qué consiste ser exótico


Estimados todos:

Llevo una semana de lo más atareado en el trabajo. ¿La razón? Estoy realizando una aplicación para realizar unos experimentos en un lenguaje de programación en el que nunca he sido muy bueno, C++, y unas librerías que de veras me vuelven loco, OpenCV (nombre que viene de “Open Computer Vision” y se traducen en mi caso en “Open Currently my Veins” (o me abro las venas porque muchos de los procedimientos a seguir me parecen de lo más poco intuitivos)).

Pero bueno, dejando la charleta en informática que os metido, hoy he tenido un “official tea time” con la jefa del departamento y unos compañeros. La verdad, y como vengo diciendo en varias entradas, me es curioso verme tan calladito en estas reuniones. Pero no me resulta a veces fácil bromear y contar historias con la facilidad que la gente lo hace (quizás tampoco soy así en español en el ambiente de trabajo, no sé). La jefa del departamento creo que se ha percatado de ello y en un momento ha dirigido sus palabras hacia el resto hablando sobre mí:
- “Creo que todos conocéis a Óscar que trabaja con tal y tal y hace tal y tal cosa y además, le encanta salir con sus compañeros a comer y tomarse su tiempo”.
Qué bonita descripción de uno mismo: “le gusta comer”. Pero además, “con tiempo”.

La mujer lo ha dicho con buena intención, como queriendo resaltar mis cualidades, entre la que está esta última (bueno, así lo he interpretado yo). A lo que ha seguido un debate de cómo, según ellos, en Europa se concede importancia al tiempo de la comida.
A mí me ha parecido curioso estar en plan espectador escuchando cómo unos compañeros que apenas conozco debatían de lo exótico de tomarse un tiempo para comer, algo tan normal a mis ojos. Todo esto, mientras unos cuantos comían sus bocadillitos o simplemente unas galletas que yo adivino serían su comida.

Yo, como ya os dije en la anterior entrada, me he ido a la una de la tarde a la cafetería y me he pedido menú especial de Navidad: pavo con calabaza (a lo mejor esta calabaza era de la sobras del menú especial de Haloween, o una fusión de comidas). Pero hoy me sentía observado. Quizás mis compañeros estaban a una distancia prudente, observando como el espécimen de “Hispanis Europeum homo sapiens” comía tranquilamente ajeno a sus presas, en plan documental de safari Africano. El caso es que el pavo estaba buenísimo y me ha sentado fenomenal. La calabaza un poco tiesa, claro, la pobre desde Haloween…

Y poco más, bueno, sí, que me he vuelto adicto a una serie de dibujos animados para adultos, “King of the Hill”. Si no la habéis visto nunca, os la recomiendo. Es una familia prototipo de Texas y los episodios no son más que situaciones cotidianas en clave de humor.
Un abrazo.

PD: Son las 4.23 de la tarde y no hay casi nadie en el departamento. Claro, las galletitas no eran mucho y se han ido despavoridos a comer a sus casas, pobres. Yo el pavo lo tengo revolteando por mi estómago aún.

3 comentarios:

  1. Oscar, ellos se lo pierden. La costumbre de una comida pausada es buena. En USA, en Inglaterra es lo mismo. En mis oficinas de Londres la gente se come una patata caliente encima de su mesa... En fin, costumbres! Abrazo y Feliz Navidad

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  2. Me ha encantado esta entrada si es que los "Hispanis Europeum homo sapiens" dan mucho de que hablar fuera de su habitat natural! jejejje

    La verdad es que ya estaba preocupada por ti.. todos los dias mirando a ver si habias escrito algo y nada... preo por fin el reader me decia que habia una entrada en tu blog!!
    Que alegria osquitar, si añadimos a esa alegria que me queda un solo dia para las vacaciones de navidad!! Ay que feliz soy

    besos

    Ana

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  3. A Joaquin: Feliz Navidad para ti tambi'en :-) Una patata?? Esto s'i que me deja a cuadros. un abrazo

    A Anita: Disfruta de tus vacaciones anita. oye, el sof'a??
    un abrazo.

    'oscar.

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