10/12/08

A la hora de comer

La semana pasada cerraron de repente y sin avisarme con antelación la cafetería donde cada día iba a comer en el instituto de enseñanza secundaria vecino a mi universidad. Todo lo que había era una nota en la pizarra que a diario exhibía el menú: ‘Feliz Navidad y Feliz Verano. Volvemos en febrero’. En ese momento me sentí algo perdido: ¿Dónde iría a comer ahora? ¿Dónde me servirían como a un cliente de la casa otra vez?

Así que esta semana me vi obligado a peregrinar en busca de cafetería con menú diario bueno y barato.
El primer día fui al restaurante de comida rápida chino de la universidad. No está mal, pero no me veo comiendo menú chino a diario. Además, me pone algo nervioso la actitud de “dime rápido lo que quieres que tengo prisa” que las dos mujercillas que atienden imponen al cliente. Yo puedo ser un manojo de nervios desde que me levanto hasta que me acuesto, pero la hora de la comida es mi oasis de tranquilidad diario: me tengo que sentar, dedicarme al menos 45 minutos, saborear mi plato y hacer una pequeña sobremesa. Así que estas mujercillas (que he decir que son amables) y yo somos incompatibles.

El segundo día fui al complejo de restaurantes del centro comercial: dios, la peor pasta que he probado en mi vida. Demasiada gente, no me concentraba leyendo mi libro y al fin y al cabo comer en un centro comercial tampoco me da esa paz que necesito. Ahora bien, la comida estaba tan mala que decidí comerme un postre de impresión: pan de plátano con capuchino.

Y hoy creo que mi peregrinaje ha llegado a su fin. He ido a la cafetería del edificio central de la universidad. Hasta ahora iba solo de vez en cuando porque el menú era un poco más caro. Pero ayer me saqué la tarjeta de descuento de la universidad y ¡ ¡ ¡ bien!!!!, el menú me sale a igual precio que anteriormente, incluso más barato con el café. Además, el encargado es mi antiguo compañero de piso y hoy hemos comido juntos tan animosamente.
Así que hoy estoy más feliz que una perdiz.

Me acabo de dar cuenta que las perdices son comodines en esto del refranero y la felicidad.
Porque también se dice “Y fueron felices y comieron perdices”. Vamos, que lo mismo te identificas con una perdiz que te la comes. Qué versátiles estas perdices.

Un abrazote.

4 comentarios:

  1. Que gracia, yo ayer fui a comer un asiatico.. y también fue asi, y es que tengo la impresión que todos los asiaticos tienen un concepto de comida rápida muy fuerte. Me pedi el menu del día que son 4 platos (no platos grandes) y luego el postre, bueno pues hubo un momento que tenia sobre mi mesa 3 platos (el que estaba comiendo y dos mas) ademas segun estas cogiendo con los palillos el ultimo trozo del plato ya tienes al camarero al lado de la mesa con la mano extendida para quitarte ese plato... y no es que tuvieran prisa porque el restaurante estaba lleno y quisieran dejar libres alguna mesa.. ademas solo estuve alli como 40 minutos..

    En el Escorial , nacho y yo a veces ibamos a un chino en plan para cenar tranquilamente y hablar.. pero es que en media hora ya estas servido, comido y sin platos en la mesa...

    Yo creo que es algo general en todos los restaurante de comida asiatica.

    Bueno Osquitar que este es tu blog y no el mio :-P.

    Me alegro que este feliz como una perdiz!!!

    Besitos,

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  2. jajaja me has hecho reir con las perdices, pobres ellas .... y me has puesto a pensar en eso del oasis de felicidad en el almuerzo, sobre todo hoy que he comido un pedazo de pizza en la oficina :S .... ah y eso de "feliz navidad y feliz verano" suena rarisimo!!!! que locos los aussies :P
    un abrazo,
    T.

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  3. Todo esto de las perdices me recuerda a algo que me impactó mucho: como es la traducción al alemán de "fueron felices y comieron perdices" esa frasecilla amable sin significado aparente pero que transmite de alguna manera un mensaje positivo de felicidad. Pues bien, en alemán la traducción sería más o menos así: "y si todavia no han muerto, (!!!)todavía hoy siguen vivos"... no es fuerte!!!! y lo mejor: así terminan los cuentos infantiles!!! en fin, estos alemanes :) ... Rou y yo siempre nos echamos unas risas comentando esto. Mil besos desde el sur del sur. Alice

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  4. A Anita: Anita, que aunque no sea tu blog, me encanta que escribas como si lo fuera ;-)

    A Teresita: Teresita!!! Nada de comer en la ofi!!! sal a que te d'e el aire. By the way, qu'e tal el nuevo trabajo??

    A Alice: Me dejas muerto (como la Barranco). Por dios, es una frase supert'etrica. Estos alemanes son la leche.

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