8/10/08

Sí quiero, si yo elijo

Hace poco he sido invitado formalmente a una boda en la India. Quien se casa es mi compañero de oficina con el que trabajé el año pasado en Estados Unidos.

Cuando un día empezamos a hablar de amores, él me dejó muy claro desde el principio que si no encontraba el amor de forma espontánea, sus padres ya tenían fijado con quien debía casarse e iba a aceptar dicho plan. La verdad que puestos a ser prácticos, dicho plan de vida es bastante práctico. Vamos, que si yo no encuentro marido (no creo que sean tan liberales, pero puestos a divagar, divaguemos), ya visiono a mis queridos padres buscando pretendientes para mí. Ya puestos a pedir, que fuera guapo y con dinero. Me imagino a mi madre haciendo preguntas de todo tipo para el futuro marido de su hijo. Solo pensarlo me hace gracia, pero oye, que a lo mejor me solucionaba la vida; nunca se debe descartar nada así como así. Lo anoto en mi cuaderno de cosas a pensar.

Volviendo a lo que estaba, me sorprendió la naturalidad, normalidad y sinceridad con que me lo decía. De hecho, creo que debía estar acostumbrado al tipo de reacción que yo tuve porque enseguida, como si me estuviera explicando algo del trabajo, me relató cómo era la cultura en India y cómo se hacían las cosas allá; y acá, entendiendo por acá, los Estados Unidos de América o cualquier país donde se haya emigrado. Y además, en multitud de ocasiones el matrimonio es con alguien que se encuentra en el país de origen y que no sabe ni cómo es el país donde va a vivir.
Rebelarte a tus tradiciones es muy difícil, especialmente si solo has visto este tipo de vida y tienes a tu familia físicamente al lado presionándote. Pero si has viajado, estudiado, compartido experiencias con otras culturas y vives a quince mil kilómetros de tus parientes, creo que resulta más fácil poder elegir.
Y aquí viene la contradicción, y es que los emigrados suelen ser bastante más conservadores que los que se quedan en el origen, quizás como seña de identidad o como forma de sentir quien eres y no perderte en tu nuevo entorno.
Pero también pienso, que lo que a mí me escandaliza y me parece retrógrado, pues quizás a ellos no les parece así y hasta cierto punto no es que lo acepten, es que les parece la forma correcta de actuar.
Pero con todo y con eso, y no sé si será particular a la forma de actuar de este chico, todo me parece algo frío. Por ejemplo, la forma de comunicármelo fue: “ya está todo fijado”, claro, sin elección de tu parte.

Y hablando de choque de culturas, acabo de ir al baño y de camino me he encontrado a una compañera china que tuvo un bebe 3 semanas atrás. Me he alegrado tanto, que al verla me he lanzado, literalmente, en plan salto de trampolín a darle un abrazo y en plena pirueta ella ha interpuesto su mano para saludarme. Jajaja, ha sido súper curioso.

NB: Ya he pensado sobre si esto del matrimonio concertado es aplicable a mí y he decidido que no. Siempre he sido cabezota empedernido y si mis padres quieren que haga algo, saben que lo mejor es no decirme qué debo hacer, porque sino agarro el cesto de las chufas y no hay quien pueda conmigo. Según mi madre, “soy soberbio y no aprecio su opinión” (es mentira, siempre la tengo en cuenta).

Un besote a todos. oscar

1 comentario:

  1. jo con lo dificil que es encontrar a la persona giusta casi que dejo a mis padres elegir por mi :) ... no mentira, creo que en ese caso el amor poco cuenta, es algo mas mental, como escojer un trabajo o una camisa cómoda para el día a día. pero claro nosotros somos de una mentalidad "romantica" y estamos convencidos que hay que escojer por amor. imagino que ellos no nos entenderan y diran que estamos locos!!!.... en tanto como se dice en vzla "sarna con gusto no pica" :P
    un beso bello!!
    t.

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