Como todo los días, voy hasta el escritorio de la secretaría del departamento para tener una pequeña charla con ella sobre cómo estamos, el tiempo o mis plantas, ya que ella se ha tomado como una tarea más el tener a mis plantas sanas, con suficiente agua y contentas. Además, y sinceramente, ella es una experta en el tema, no como servidor, por lo que me dejo guiar.
Pero no solo yo voy a hacer mi visita diaria a su sitio, creo que casi todo el departamento va a saludarla. Y ella, sinceramente, es un encanto. Compra pastel para todos los cumpleaños y los organiza, siempre está disponible para echarnos una mano, ...
El caso es que sabía que algo le había pasado hoy ya que me respondió a un correo diciéndome que “ya me contaría”. La pobre, estaba subida a un taburete en su casa cuando sonó el teléfono. En las prisas del momento por atender la llamada, se cayó del taburete, se dio de bruces contra un mueble y luego con el suelo. Es decir, se ha dañado la dentadura, la rodilla y el hombro.
En estas estaba la mujer contándome sus desdichas y desventuras, cuando aparece un compañero y le informo de lo que le ha pasado, a lo que responde: “Pero estás viva, ¿no?” con una frase, a mi juicio, falta de todo sentimiento, y se dispone, más ancho que pancho tras tu intervención estelar, a volver a su oficina. ¡Vaya!, me ha dejado de piedra. No sé, aunque no era yo el herido, esperaba unas palabras de consuelo para la pobre mujer o un poco de interés por cómo se sentía, que encima ha venido a trabajar para terminar unas cosas y no dejarnos colgados.
Sé que quizás estoy siendo de lo más crítico, pero es que uno es “mu sentio” para esas cosas. Creo que un poco de interés y el mundo es un lugar un poco más humano. ¿No creéis?
Un fuerte abrazo desde Sydney.
Óscar P.C.
El caso es que sabía que algo le había pasado hoy ya que me respondió a un correo diciéndome que “ya me contaría”. La pobre, estaba subida a un taburete en su casa cuando sonó el teléfono. En las prisas del momento por atender la llamada, se cayó del taburete, se dio de bruces contra un mueble y luego con el suelo. Es decir, se ha dañado la dentadura, la rodilla y el hombro.
En estas estaba la mujer contándome sus desdichas y desventuras, cuando aparece un compañero y le informo de lo que le ha pasado, a lo que responde: “Pero estás viva, ¿no?” con una frase, a mi juicio, falta de todo sentimiento, y se dispone, más ancho que pancho tras tu intervención estelar, a volver a su oficina. ¡Vaya!, me ha dejado de piedra. No sé, aunque no era yo el herido, esperaba unas palabras de consuelo para la pobre mujer o un poco de interés por cómo se sentía, que encima ha venido a trabajar para terminar unas cosas y no dejarnos colgados.
Sé que quizás estoy siendo de lo más crítico, pero es que uno es “mu sentio” para esas cosas. Creo que un poco de interés y el mundo es un lugar un poco más humano. ¿No creéis?
Un fuerte abrazo desde Sydney.
Óscar P.C.
obviamente que sí, es que hay gente a quién no le interesa ver más allá de sus narices. Bueno, siempre un gusto leerte, en algún momento pronto ya te escribo. un fuerte abrazo desde Búfalo.
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