2/9/08

¿Qué tal día hace hoy?

Es muy curioso observar el comportamiento, tipos de conversación y la predisposición a hablar con tus compañeros en el entorno de trabajo.
Quiero creer que yo soy más o menos estable a la hora de dar los buenos días, buenas tardes o tener una mínima conversación superficial sobre el tiempo, cuánto tardo del trabajo a casa o lo cansado que estoy y el número de cafés que he tomado hasta dicha conversación.
Pero mi estudio empírico ha revelado un interesante resultado y como conclusión, que no todos mis colegas se pueden catalogar en dicha constante de comportamiento.
El ejemplo más cercano y que ahora me viene a la mente es el de un compañero que normalmente estaría en la categoría de charlatán (en el buen sentido). El otro día me encontraba haciendo mis necesidades menores en estos urinarios de pared que tenemos los hombres en nuestro baño, cuando el sujeto en cuestión se puso a mi lado y empezó a tener una conversación de lo más animada sobre la actuación de Australia en los juegos olímpicos. Bueno, pues imaginaos, la situación. Encima, acabé yo antes mis necesidades, y como a uno no le gusta dejar a nadie con la palabra en la boca, pues allí me quedé esperando a que sujeto charlatán terminara de narrar las aventuras del equipo de balonmano (que para mi satisfacción había perdido ni más ni menos que contra España). 
Hoy, me lo encuentro cara a cara en el pasillo. Y yo, dispuesto a tener mi mínima conversación de “¿qué tal?, ¿todo bien?” en la que pudiera utilizar libremente mis manos para gesticular, me hallo parado más solo que la una en el pasillo y dejando dichas palabras en el aire, ya que sujeto charlatán ha debido sufrir una mutación y ha pasado al estado de prácticamente ni mirarme a la cara y ni siquiera detenerse un segundo. Con lo fácil que resulta tener conversaciones en el pasillo y no en los urinarios.
Esto también me recuerda a mi anterior tutor de tesis, que no tenía tiempo muchas veces de hablar conmigo y cada vez que me lo topaba en los baños me hacía una discusión filosófica de los resultados del último experimento.
Hasta aquí los primeros resultados obtenidos de mi estudio en el ambiente de trabajo.
Un abrazo para todos. 
Óscar.

2 comentarios:

  1. jajaja que chistoso :) me imagino la escena y me dá gracias, me alegro de ser mujer y no poder hablar con nadie mientras estoy en el baño -es que sinceramente no podria :D-
    saludos,
    t.

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  2. que buen post!! es que esto de los estudios empiricos te dan a veces extrañisimas conclusiones...sigue contandonos. besos

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