3/9/08

Energías (Renovables)

Si ayer precisamente resaltaba mi carácter estable a la hora de comportarme con los demás, hoy enfatizo lo contrario en cuanto a sentimientos que puedo tener en un único día.
Los miércoles es el día en el que juego al fútbol con mis compañeros en el parque y se ha convertido en algo fundamental en mi semana. Además, no solo juego con mis compañeros, sino que al principio espontáneos y muchos de ellos ya habituales, gente de otras partes se une al partidillo.
Con lo cuál, a las 8.00 am mi estado de ánimo era excelente. Encima, ayer me duché por la noche y no tenía que hacerlo por la mañana, con lo que decidí darme el primer homenaje del día: minutos extra para el desayuno y como siempre, noticias de España en el canal internacional.
Estado de ánimo: bueno. Nivel de energía: alto.
Llegué al trabajo y como cada mañana, lo primero que hice fue comprobar el correo. Cuál es mi sopresa cuando leo que una chica que precisamente juega cada miércoles al fútbol en el parque me invita a ser parte de su equipo mixto de fútbol (son tres chicas y seis chicos) para participar en la liga que comienza el próximo lunes. De veras que la emoción me ha embargado al leer el mensaje. Primero, que piense en mí, segundo, porque bueno, no soy el mejor jugador del mundo, pero oye, quiere que esté en su equipo y tercero porque me hace sentir más integrado en mi país de acogida.
Estado de ánimo: por las nuebes. Nivel de energía: repleto, de hecho, me costaba concentrarme en mi trabajo.
Pasa el día y me voy tranquilizando de tanta emoción. Por la tarde, hago una pregunta a un compañero sobre unas líneas de código del programa que llevo intentando hacer funcionar desde hace dos meses. Mi compañero, el creador de dicho programa, me dice que parece ser un error, que lo siente, que de hecho cree que todo está mal y debería re-hacerlo por mí mismo.
Estado de ánimo: deprimido (dos puñeteros meses, dos meses intentando descrifar el programita). Nivel de energía: ¿energía? ¿qué es eso? Remedio: Té de menta con 20 sobres de azúcar para volver a mis niveles normales.
Respondo a dicho compañero por correo, haciendo gala de mi elengacia, educación y buenas maneras, y siendo sincero, pensando sobre todo en que voy a seguir necesitando su ayuda: "No te preocupes. Voy a leer detenidamente lo que me comentas y a ver si arreglo el programa. Tu ayuda es de lo más útil. Atentamente. óscar".
Respuesta de mi compañero: "Creo que sería más útil que utilizaras un programa que realmente funcione :-)" (la sonrisita al final me ha matado).
Estado de ánimo: cabreado (en españa), enojado (latinoamérica), hasta los ... (en ambos mundos)
Nivel de energía: ni té (de menta), ni café, ni leches me hacen recuperarla.
Remedio: escribiróslo en el blog, para que os compadezcáis de mí y me pongáis un mensajito alegre.
Buen día para vosotros. óscar


2 comentarios:

  1. ya verás, mañana será mejor. me ha gustado mucho eso de los 20 paquetes de azúcar, yo soy iguaaaal. besos.

    ResponderEliminar
  2. Llego un poco tarde pero aún así te envío mil millones de ánimos desde la folclórica sevilla y olé. Además cariño, tu vales mucho, así que no hay nada que se te resista, saldrás airoso de lo que te propongas.
    Mil besos
    Ro'cca
    PD:odio la programación

    ResponderEliminar